Despacito, despacito… San Telmo volvió a frustrar a San Martín, por segunda vez en siete meses (otra vez le quitó los tres puntos). Pero más allá de los resultados y la coyuntura, el “candombero” también apunta al “despacito, despacito” para seguir creciendo institucionalmente.
Como apunta a LG Deportiva Andrés Bevilacqua, quien fue directivo del club hasta diciembre del año pasado, la permanencia en la Primera Nacional –por tercera temporada consecutiva- significa “una oportunidad única” para un San Telmo que ha pasado la mayor parte de su larga historia luchando por su subsistencia.
Habitué de las categorías menores del fútbol de la metrópolis y sus alrededores, el “candombero” disfruta de las (relativas) mieles que la televisión deja en sus arcas por pertenecer a la segunda categoría a nivel nacional. “El 70 por ciento de nuestro presupuesto de fútbol sale de allí”, aclara Bevilacqua. ¿El resto? Proviene de cuotas sociales y sponsors.
Aun así, el destino de los clubes humildes es difícil. Por ejemplo, el dinero no alcanza para los aéreos, por lo que el plantel azul-celeste recorre el país en ómnibus. “La segunda rueda será muy dura, porque tendremos que viajar por tierra a Mendoza, a Tucumán, a San Juan... Económicamente eso nos impacta”, afirma el exdirectivo.
La televisión te da y te quita. Por ejemplo, los directivos de San Telmo se quejan por lo bajo de que el partido con San Martín haya sido agendado para un lunes a la tarde. “Con All Boys nos tocó un viernes… Nada que ver cuando jugamos los fines de semana, con el estadio lleno los ingresos por entradas nos ayudan mucho”.
Quienes estuvieron en el “Osvaldo Baletto” en el invernal agosto cubriendo aquella dura derrota 1-0 del “santo” y volvieron a Isla Maciel en esta tórrida tarde de verano se vieron sorprendidos por varias reformas en el estadio.
Por ejemplo, se han construido una decena de cabinas, sencillas pero bastante funcionales (aunque sin ventilación alguna). Y ahí nomás del arco que da hacia el barrio de La Boca avanza la construcción de un polideportivo y del renovado estacionamiento.
Además, la obra de los nuevos vestuarios sigue sin prisa pero sin pausa. Claro que con la ola de calor reinante para los jugadores hubiera sido ideal que ya estuvieran inaugurados: los actuales tienen techos de chapa y aparentemente carecen de aire acondicionado. Al menos, se vio a un utilero del anfitrión ingresar al recinto portando un gran ventilador.
Lo lógico hubiera sido trasladar la disputa del partido a un horario nocturno, pero el estadio ubicado en “La Famosa Isla Maciel”, como dice una de las emblemáticas banderas ubicadas sobre la popular local, no cuenta con luz artificial (eso quedará para más adelante).
Por ahora, el “candombero” quiere poner el foco en –al menos- mantener la categoría. Pensar en un ascenso a Primera –sólo jugó en la élite una temporada, en 1976- sería una quimera.
Según recalcan empleados del club, para cumplir el difícil objetivo de esquivar el descenso (con un plantel modesto), San Telmo subiste con subsidios del Municipio de Avellaneda, interesado en apoyar al tradicional club que desembarcó al otro lado del Riachuelo en 1926 (cuando fue desalojado del barrio porteño del cual toma su nombre).
El Municipio, al que pertenece la localidad de Dock Sud, de la que forma parte la exIsla -en realidad- Maciel, también invierte en la reurbanización de las áreas colindantes al estadio.
“Ahora es Recoleta, comparado a lo que era hace dos décadas esta zona”, aseguró sin despeinarse Alejandro, un integrante del departamento de Prensa de San Telmo.
Curiosamente, no son tantos los kilómetros que separan Dock Sud de Recoleta. Y muchos menos los que lo distancian de Puerto Madero, el barrio más caro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“Claro que –advierte a continuación-, unas cuadras más allá del estadio ya no es tan así, hay una villa en condiciones más desfavorables. Y aquí enfrente sigue habiendo pasillos y demás cuestiones, típicas de barrios marginales”.
“Pero por aquí es bastante seguro”, agrega Alejandro.
A San Martín, en todo caso, cada vez que visita Isla Maciel algo valioso le arrebatan.
1 x 1
Nicolás Carrizo (4)
En el primer gol le facilitó la definición a Luna, saliendo de manera apresurada. Después casi no tuvo tarea.
Ismael Quilez (3)
Perdió la marca en el segundo gol y casi siempre llegó tarde a las coberturas. En ataque no pesó.
Wilfredo Olivera (3)
Perdió mucho cuando lo encararon y por arriba tampoco brindó seguridad. Flojo partido del central.
Franco Meritello (3)
Las dos amarillas que lo terminaron sacando de partido se las ganó de manera infantil. Además nunca hizo pie.
Nahuel Banegas (4)
Flojo en la marca e irresoluto cuando intentó pasar al ataque. Decidió mal en cada una sus escaladas.
Matías Pardo (3)
No pesó en ningún momento; y eso que Delfino lo cambió de punta en cierto pasaje. Flojísimo con la pelota en los pies.
Federico Bravo (4)
Se lo vio perdido y prácticamente no aportó en la recuperación. Terminó jugando como central por la expulsión de Meritello. Lo único para destacar es que no dio pelota por perdida.
Claudio Pombo (4)
Intentó ponerse el equipo al hombro en el peor momento, pero no logró cambiar la historia. Muy intermitente.
Brian Andrada (3)
Cada vez que tocó la pelota, la perdió casi al instante. No generó desequilibrio y tampoco aportó en el retroceso.
Gervasio Núñez (3)
Vio pasar la bola por encima de su cabeza casi siempre y en nunca pudo ser la manija del equipo.
Emanuel Dening (5)
Fue el único que intentó siempre y mostró orgullo. Buena definición en el 1-1.
Pío Bonacci (4)
Sacrificio y ganas; pero perdió mucho cada vez que la pelota le llegó por arriba.
Agustín Colazo (4)
En el mejor momento de San Martín, intentó generar conexiones. Resolvió mal.
Gustavo Abregú (-)
Ingresó justo en la jugada previa al segundo gol de San Telmo; justo cuando San Martín terminó de desmembrarse.
Enzo Martínez (-)
Generó una situación por izquierda y lanzó un centro pasado que Colazo no pudo definir.